Frufrúes, tin tines, sedas, cascabeles, collares de risas, chillidos alegres. ¿Quién es? ¡Adelante! Soy yo… ¡Carnaval!
Delmira Agustini, 24 octubre 1886 a 6 julio 1914, Montevideo, Uruguay. Poeta modernista.
Las carcajadas resonaban confundiéndose entre el murmurio de los diálogos amorosos, las conquistas fáciles, las citas apremiantes. Las parejas se estrechaban en enamorado abrazo y el rumor de los besos carecía de ensueño en el bullicio público y licencioso de la vía pública. La risa del día de carnaval lo toleraba todo, lo festejaba todo, la risa pecaminosa, la risa de amor, de una alegría espontánea y despreocupada.
Aurora Cácares Moreno, 29 marzo 1877 a 1958, Lima Perú. Escritura feminista.
Más de medio siglo atrás, cuando la década del 50 comenzaba a aletear, realicé mi primera exposición de pintura en Punta del Este. Estaba advertido que no era fácil introducirme en los mares profundos del arte pero, escorpiano al fin y casi sin poder nadar, a pesar del oleaje y de los riesgos, me animé a esa primer zambullida. Mi atelier rebozaba de trabajos que casi impedían el movimiento. Era el fruto de una pasión desenfrenada que se había instalado en mí, alrededor de la vida del negro montevideano, su folklore y su carnaval…
Carlos Páez Vilaró, 1 noviembre 1923 a 24 febrero 2014, Montevideo, Uruguay. Pintor, ceramista, escultor, muralista, director, escritor, compositor y constructor.
Al ruido del tamboril, carnaval, carnavalera, me dijo que era feliz. Por eso con su canción, carnaval, carnavalera, se agranda mi corazón.
Homero Manzi, 1 noviembre 1907 a 3 mayo 1951, Buenos Aires, Argentina. Letrista, político y director de cine.
Yo no he sido tanto yo como los personajes que representé en este carnaval literario. Ellos son, pues, en buena parte mi biografía.
Miguel Delibes, 17 octubre 1920 a 12 marzo 2010, Valladolid España. Novelista español.
Lo que en otro tiempo duraba cinco días empezó a durar una semana y media. La fiesta modesta de una sola tarde se expandió a una semana entera, convertida en una mezcla de juerga sin pausa y acontecimiento oficial. El carnaval que se había extinguido por aburrimiento o decadencia hacía un siglo se decidía que en realidad había sido proscrito por el franquismo, y que por lo tanto era obligatorio recuperarlo.
Antonio Muñoz Molina, 10 enero 1956 (edad 60), Úbeda, España. Escritor y académico de la Real Academia Española.
La poesía existe en los hechos. Los tugurios de azafrán y de ocre en los verdes de la Favela, bajo el azul cabralino, son hechos estéticos. El Carnaval de Río es el acontecimiento religioso de la raza.
Oswald de Andrade, 11 enero 1890 a 22 octubre 1954 Sao Paulo, Brasil. Poeta, ensayista y dramaturgo.
El carnaval parecía extenderse desde Venecia a lo largo de todas aquellas encantadoras playas, y el río estaba cubierto de naves que se dirigían hacia la ciudad, exhibiendo la diversidad fantástica de las máscaras. Hacia la caída de la tarde vieron con frecuencia grupos de danzantes bajo los árboles.
Ann Radcliffe, 9 julio 1764 a 7 febrero 1823, Londres Reino Unido. Pionera en el novelismo gótico de terror.
(…) Pero ni aun así adquirió el difunto un aspecto púdico y decente: era un muerto de carnaval, ni siquiera mostraba sangre de bala o de puñalada corriéndole por el pecho que pudiera rescatarlo de su condición de mascarita.
Jorge Amado, 10 agosto 1912 a 6 agosto 2001, Salvador de Bahía, Brasil. Escritor.